viernes, 27 de julio de 2012

JUSTICIA - Capítulo Primero

Estaba mareado y me costaba mucho respirar. Cada bocanada suponía un esfuerzo monstruoso y el aire llegaba a mis pulmones húmedo y cálido.

 -¿Dónde…?- Me preguntaba.

Intenté abrir los ojos pero unas agujas invisibles atravesaron mis cuencas hasta punzar mi cerebro. Quise gritar pero tan solo alcancé a emitir un lamentable quejido. ¡Me faltaba el oxígeno! Me sentí desfallecer y anticipé mi inminente caída al duro suelo… Pero algo me mantenía sujeto. Contuve las nauseas. El sabor de la bilis se agarró amargo y ácido a mi garganta.

-¿Por qué gira todo al mi alrededor?-.

Probé de nuevo a levantar los párpados. Oscuridad. Algo me cubría la cara, empapada por mi propio aliento. La sien me palpitaba con fuerza. Instintivamente quise alzar mi brazo para mitigar el rítmico tormento pero unas ataduras me lo impedían.

-¿Cómo…?.-

Mis sentidos despertaban y recé por poder enterrarlos en el limbo.

-El dolor… ¡Dios!-

En la confusión, una voz parecía llegar desde lo lejos.

-… fin has despertado. Por un momento llegué a temer que te fueras a perder toda la diversión. Hubiera sido una desconsideración por tu parte después de todas las molestias que me he tomado. ¡tsk, tsk! Avô. Los dos sabemos que te gusta ser el centro de atención y no hemos hecho nada más que empezar. ¡Je, je, je!-

-¿Qué…? ¿Quién?-

Quise saber, desconcertado. La voz tenía un acento familiar. Me costaba pensar con claridad. Extranjero…

-Ha pasado mucho tiempo. Pero estoy seguro de que no me has olvidado. Yo te prometo que me he acordado de ti cada día de estos últimos ocho años. ¿Cómo no iba a hacerlo? Me jodiste a base de bien.-

Sudamericano. Mi captor se movía nervioso a mi espalda, de un lado a otro hablándome con esa musicalidad que tanto gusta a las muchachitas. Me costaba entenderle. De repente oí el ruido.

-Por un tiempo intenté olvidarlo, pasar página. Intenté perdonarte, decirme que son cosas que pasan; que no eras más que un viejo chiflado. Di una imagen de tranquilidad. Traté de… ¡¿Por qué coño tuviste que aparecer en ese programa?! Cuando te vi bailando en la televisión, con toda esa gente aplaudiéndote. ¡Después de lo que hiciste! Tú recibías alabanzas mientras yo me pudría en el olvido. ¡Me jodiste la vida! ¡Era mi gran oportunidad! Tantos años luchando, tanto esfuerzo, tanta preparación… ¡Para que llegue un loco y lo mande todo a la merda!-

Casi ni le escuchaba. Estaba hipnotizado por ese ruido.

-Pensé que ibas a matarme. Que llevabas una pistola, un canivete o algo por el estilo. Ojalá lo hubieras hecho. Todo hubiera acabado allí. ¿Te haces una idea de lo duros que fueron esos últimos kilómetros? La incredulidad, los calambres, la desesperación… No sé cómo fui capaz de llegar a la meta.-

Sonaba como metálico, peligroso…

-Pero, ¿Sabes qué fue lo peor? No que Williams se llevase el oro que me pertenecía; tampoco recibir ese ridículo premio al espíritu olímpico ¡Que le follen al espíritu olímpico! Lo que realmente me reconcomió por dentro fue que tu único castigo fuera una multa de 3.000 míseros euros. ¡Merda em Deus! ¡Eso es lo que vale mi sueño! ¡Una vida de sacrificio! ¡La ilusión de toda una nación!-

Shhhhhriiiiiink… El miedo comenzó a apoderarse de mí.

 -Y encima tú parecías no tener ni idea de lo que habías hecho, ahí plantado con tu estúpido traje irlandés. No me lo podía creer. Era demasiado ridículo para ser cierto. Lo único que querías era ser famoso para poder hablar de la vuelta de Jesucristo, del fin del mundo y de todas esa porcaria.-

Acero contra piedra, besándose, rozándose afiladamente… Cada vez más cerca de mí.

-No es justo. ¿Sabes? En este sucio mundo no hay justicia. Los ricos, los poderosos vagan a sus anchas riéndose de nosotros, fornicando sobre nuestros derechos. Dejando que en las calles el fuerte se coma al débil, que nos matemos entre nosotros, que afloren nossas miserias para que quedemos a su merced.-

El filo helado acarició mi brazo mientras elevaba el tono de su sermón. Como un relámpago, pasaron por mi mente imágenes de decenas de mártires torturados por su fe. San Basílides, San Basus, San Eusebio, San Eutiquio… sus cuerpos trepanados y desmembrados por la ignorancia y la herejía.

-Pero todo eso se va a acabar, ¿Me oyes? Se terminó el agachar a cabeça y decir que são coisas que pasan. Llegó el momento de reaccionar. De dar el justo castigo a quienes infligen impunemente daño al prójimo; de quienes siembran dolor y desdicha sobre la faz de la tierra.-

De pronto me quitaron lo que me cubría la cabeza y la intensa luz me cegó, clavando aún más las agujas en mi cerebro. El alivio de respirar aire renovado me hizo olvidar por un instante donde estaba hasta que…

-Es hora de hacer Justicia. Empezando por ti, Séamus.-

Un rostro se formó ante mí. Un rostro oscuro, demacrado, curtido por años al sol y la intemperie. Un rostro que yo conocía pero que había olvidado. Un rostro que me miraba con odio feroz… El rostro de mi muerte.

 -----
 
THE MORNING STAR:
STEPHEN REDGRAVE: “A los alborotadores más les vale quedarse en casa”
LONDRES, miércoles, 25 de Julio de 2012, 10:38.—

Séamus Kavanag agrediendo a Elder de Asis en 2004.

Quedan tan solo dos días para que den comienzo los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y el jefe de Scotland Yard, Stephen Redgrave, ha lanzado un ‘aviso a navegantes’ anunciado que las fuerzas de seguridad londinenses tienen “orden de extremar las medidas disuasorias con el fin de garantizar la seguridad tanto de asistentes cómo de atletas”. Mr. Redgrave respondía así a los rumores sobre un posible boicot a la maratón por grupos activistas contrarios a los recortes anunciados por el gobierno. La carrera, que recorrerá la capital británica, se considera una de las más vulnerables a este tipo de actos de protesta.

En los Juegos Olímpicos de Grecia de 2004, el sacerdote católico irlandés Séamus Kavanag, de 57 años, atacó al corredor Elder de Asis cuando éste se encontraba en primera posición, a 5 kilómetros de finalizar la maratón. El maratonista brasileño se recuperó y terminó la carrera, pero tuvo que conformarse con la medalla de bronce.


El agresor fue condenado a un año de cárcel, que no cumplió por no tener antecedentes en el país helénico, y una multa de 3.000€ (2.421 Libras). El jefe de Scotland Yard aseguró que “se aplicará la pena máxima que permita la ley a aquellos que pretendan perturbar el buen desarrollo de los Juegos Olímpicos”. “Aquellos con antecedentes provocando disturbios en eventos deportivos tendrán prohibida la entrada a los recintos”.

Séamus Kavanag, expulsado de la iglesia católica por sus sermones sobre la llegada del apocalipsis, volvió a aparecer en las portadas al alcanzar las semifinales del programa “Britania Tiene Talento” interpretando danza tradicional irlandesa. La pregunta parece ser: ¿Es posible evitar que gente como Séamus sean los protagonistas en nuestras olimpiadas de Londres?



 -----
 

N.A.: Esta es una historia ficticia basada en hechos reales ocurridos durante las olimpiadas de Grecia del 2004 y descritos en el artículo periodístico, imaginario también. Los nombres utilizados han sido cambiados para no perjudicar a nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario